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sábado, 24 de mayo de 2008

Miguel de Icaza


Fue un estudiante de matemáticas en la Universidad de México (UNAM), por ahí de los 90's. En el 91, empezó a utilizar las computadoras de la universidad, y fue ahí donde tuvo su primer encuentro con el Software Libre, y ya se empezaba a hablar sobre Linux.

Desarrollo el Midnight Commander, lo que conocemos como mc, con lo que se ganó el respeto como programador y de la comunidad GNU. Luego se dio cuenta de que Linux necesitaba un entorno de escritorio libre. Por lo que, junto con Federico Mena, inició el proyecto Gnome, con lo que sería el brazo derecho de linux. con este proyecto fue reconocido como el Innovador del Año por el MIT.

Con tantas novedades, se ganó un viaje todo pagado a las oficinas de Microsoft, para una entrevista de trabajo, pero en lugar de aceptar, fue y promovió el uso del Software Libre. Ahí fue donde conoció a su amigo Nat Friedman. Al regresar a México con Nat, fundaron Ximian, destinada al desarrollo de Software Libre. También inció el proyecto Mono. Actualmente es vicepresidente de desarrollo en Novell.

Ahora viene lo injusto de la historia. Miguel tiene cierto resentimento con el gobierno de nuestro país en la forma en que se sumergia en el ciberespacio. Propuso modelos de desarrollo basados en el Software Libre, para tener acceso a la red, y aplicaciones gubernamentales, pero como siempre, el gobierno se gastó una fortuna trayendo a Microsoft para que hiciera la tarea que pudimos haber hecho.

En el 2000 la revista Time lo nombró uno de los 100 principales innovadores del siglo XXI.

Miguel de Icaza es un ejemplo mexicano. Conocido a nivel internacional, pero como siempre, en México ni hemos escuchado hablar de él.

1 comentario:

Anónimo dijo...

en orimer lugar, muchísimas gracias por este "post", pues al igual que todas sus colaboraciones, es muy interesante. Efectivamente, nuestros "gobiernos" no han apoyado ni apoyarán a los talentos de nuestro país, que los hay y en gran cantidad. No lo hacen porque les falte visión, no, pues hasta eso, son inteligentes los desgraciados. No lo hacen porque están al servicio de las grandes empresas transnacionales. Son a ellos a los que les sirven, no al pueblo mexicano.


Panchito