LA LUCHA MAGISTERIAL: La toma violenta de las escuelas, ¿es o no guerra?

Repaso / ¿Es o no es guerra?

Estas son algunas de las últimas noticias relativas al conflicto magisterial y a la posición de linchamiento en contra de los profesores paristas las autoridades estatales, así como sus acomedidos apéndices que podemos identificar entre varios medios informativos, asociación estatal de padres de familia y el movimiento ciudadano por el diálogo y la paz, entre otros falderillos del régimen: “Toman por asalto secundaria en Jojutla”, “Recuperan con violencia la escuela Otilio Montaño”, “Se lían a golpes padres de Ocotepec con profesores”, “Golpean en Santa Rosa 30 a un profesor”, etcétera. La lista se agrandaría ante la serie de enfrentamientos ocurridos, muchos de los cuales, por darse en comunidades lejanas o de poco interés para el morbo con el que se trata estos asuntos, no se difundieron con amplitud. Las “batallas”, al amparo de la presencia de brigadas oficiales con su respectivo acompañamiento jurídica y guardia policial, se han registrado en todo Morelos.

Cada vez que acontece un hecho de esa naturaleza, los pregoneros de la agresión como forma irreflexiva para solucionar el lío al que nos referimos, echan las campanas a volar en señal de victoria. ¿Tienen algo de que enorgullecerse? Desde luego que no, pero evidentemente van marcando una raya a su fusil, por las escuelas que abren a costa de todo.

Es inconcebible su espíritu bestial, su ánimo bárbaro, su concepción bélica, pues las manifestaciones de júbilo o triunfalismo así lo demuestran. Para ellos el hecho de que los padres actúen con agresividad o los profesores movilizados corran para evitar que los ataquen, está plenamente justificados. Si se les permitiese, esos individuos, incrustados en las esferas oficiales o en la parte más putrefacta de la sociedad, serían capaces de realizar una campaña de exterminio. Y conste que no estaos en estos momentos tomando partido por ninguno de los dos frentes en pugna. Sólo nos referimos a la ausencia absoluta de capacidad para encontrar los caminos de la civilidad para resolver un problema de tal naturaleza.

El dios romano Marte estaría orgulloso de contar con esos especimenes como feligreses. Son hordas dispuestas a todo. Son rémoras de los tiempos donde las cosas se arreglaban a punta de bayonetas, toletes, intimidaciones, represiones, etc. Estigmatizan a quienes piensan distinto o que se atreven a oponerse a una medida impuesta.

Ese es el Morelos que observamos, en donde las escuelas están convertidas en botín de bucaneros. Pasarán a las páginas más tristes de la historia local por haber implantado el sistema educativo del odio. Como han demostrado ser, seguramente se sentirán satisfechos de ello.

Mientras tanto, esa pobre mujer que preside la Asociación Estatal de Padres de Familia, Adriana Espinosa Velasco, convertida en pedagoga improvisada, lanza a los cuatro vientos su análisis enterado y sentencia que las clases que dan los maestros incorporados al Movimiento Magisterial de Bases (MMB) no tienen validez ni están apegados a alguna metodología. ¡Cuánta sapiencia! No alcanza a comprender el ridículo que hace. Si en verdad estuviese legítimamente preocupada, cuestionaría la farsa educativa que se está dando en muchas escuelas abiertas.

Pero de lo que se trata es echarle más leña a la hoguera, la valquiria que supuestamente representa a los padres de familia de escuelas públicas, sólo cumple con su labor de abrir más la zanja entre la sociedad morelense y los profesores.

¿Y el gobierno? Bien, gracias, esperando el “parte de guerra” para anunciar de manera definitiva la conquista de la “tierra santa” en la que están convertidos los planteles escolares. El desastre está a la vista y eso regodea el ánimo de los adoradores de Nerón, quien, desquiciado, se solazó de ver a Roma incendiada. Así estamos.

E mail: profechon@hotmail.com

tomado del periódico "El Regional", www.elregional.com.mx