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lunes, 9 de agosto de 2010

TIERRA CAÑERA, la Columna de Hugo Barberi: La libre expresión en sus peores momentos

copiado de LA JORNADA MORELOS  www.lajornadamorelos.com


Libre expresión en sus peores momentos


Fueron alrededor de 700 los reporteros de por lo menos seis estados de la República Mexicana los que marcharon el sábado anterior en la ciudad de México en demanda de garantías para ejercer el trabajo de investigación, reporteo de notas, entrevistas, etcétera, ante un Estado al que visiblemente poco le importa esto.
Es obvio que al sistema político mexicano, donde participan como principales actores el gobierno y partidos políticos con quienes los mandan, poco le interesa si los reporteros tienen garantías para trabajar, poco le interesa si la ciudadanía camina con seguridad por sus calles. A nivel nacional las cifras van en aumento y a nivel local hay puntos que muestran lo señalado, desde una humilde carpeta de investigación que se haya iniciado por un reportero, por cualquier agresión sufrida, a la que se le da carpetazo desde que se inició, hasta el hostigamiento constante a quienes el único trabajo es el de informar.
 
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Es importante, justo y necesario recordar que el 22 de agosto de 2006 (hace casi cuatro años), el compañero Miguel Carnalla Uribe, de Televisa Morelos, fue agredido físicamente en Zacatepec, por un sujeto de nombre Ernesto Romero Mendoza, un servidor y un reportero gráfico de esta casa editorial fueron amenazados por el mismo; se levantaron cargos en el Ministerio Público (JO/4ª/1598/06-08); la denuncia, descansa el sueño de los justos en el cúmulo de expedientes rezagados con los que no ha podido ningún subprocurador; a la fecha el expediente está perdido, el sujeto impune, continúa amenazando cada que ve a cualquiera de los afectados y burlándose tanto de ellos, como de la justicia y la sociedad.
El caso se queda corto. Actualmente, la compañera periodista Angelina Albarrán Morales, vive amenazada constantemente, las amenazas son de muerte, no sólo para ella, sino también para quien le da empleo, es por ello que temerosos de ello la han ido marginando y actualmente vive en la zozobra y en una crisis económica, psicológica, tanto ella como su propia familia. Nadie hace nada. Inició una denuncia penal, no se investiga, la situación sigue, las amenazas de muerte, el hostigamiento constante, igual. Es un caso serio que tendría que ser turnado a las instancias internacionales, de hecho, Amnistía Internacional ya tomó cartas en el asunto. En la zozobra, también hay otros compañeros, que han vivido el mismo infierno que Albarrán; en un diario local, ya hubo una renuncia; poco o nada se informa de esto por la seguridad de los compañeros.
Hace unos meses, hubo una lista de reporteros a quienes se nos llamó “narcoperiodistas”, estuvo plagada de amenazas de muerte, previa tortura y posterior descuartizamiento. Algunos lo tomaron como broma de mal gusto, algunos muy en serio, unos más como agresión de algún estúpido que no tenía nada qué hacer, porque es sabido que el crimen organizado actúa, no amenaza. Sin embargo, el clima en Morelos en cuanto a la libertad de expresión está enrarecido, o qué hace falta para denominarlo así, qué hace falta para que alguien haga algo, ¿la pérdida de una vida?
Guardo en mi memoria cuando en 2006, justo cuando fui testigo de que en Xoxocotla, fuimos amenazados los medios de comunicación presentes en una asamblea popular, por una persona de nombre Juana, quien dijo que los reporteros que no “dijéramos” lo que a ellos les convenía, seríamos arrastrados en la calle y colgados, lo cual le reproduje unos días después en la unidad deportiva La Perseverancia al entonces secretario de Gobierno, Jesús Giles Sánchez, pero su contestación fue que “nosotros teníamos la culpa porque a veces decíamos cosas que no correspondían”.

Pura caña

El fin de semana pasado, el ejército hizo acto de presencia en la Disco casa vieja VIP, de la calle 5 de Febrero en la cabecera de Tlaltizapán; irrumpieron en el inmueble y se llevaron a una persona que permanecía en su automóvil; antes, los elementos se establecieron en la gasolinera y luego se fueron a la disco, mientras un helicóptero sobrevolaba el lugar… Si ya se actuó contra los invasores del Texcal, si en Jicarero, de Jojutla actuaron contra una sexagenaria que despojó a padres de familia de una parcela escolar, ¿por qué no se hace nada contra los invasores de la Unidad Morelos?, dicen que el gobierno del estado pretende hacer un estudio de impacto ambiental, que quién lo pagará, chistoso, necesitan de un estudio así, porque a simple vista no pueden determinar si es viable construir en barrancas, en terrenos con asignatura topográfica totalmente accidentada, no saben si es viable construir junto a fosas generales, ¿alguien puede tocar para ver si hay alguien en casa?... ¡Salud!…

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