HOLA, DISFRUTA DE DIFERENTES MANERAS TU PÁGINA DE "LA UNIDAD MORELOS":

domingo, 19 de septiembre de 2010

MAIMÓNIDES: Sobre la verdadera sabiduría y perfección


copiado de FILOSOFÍA DIGITAL  http://www.filosofiadigital.com/

SOBRE LA VERDADERA SABIDURÍA Y PERFECCIÓN, por Maimónides


“Los antiguos y verdaderos filósofos han enseñado que el hombre puede adquirir cuatro clases de perfección. La primera y más vil, a cuyo logro dedican muchos hombres toda la vida, es la perfección que se cifra en la propiedad. Los filósofos han enseñado que el que cifra todos sus anhelos y afanes en poseer esta clase de perfección, anda detrás de cosas perecederas e imaginarias, que aunque le pertenecieran durante toda la vida, no le harían mejor ni más perfecto. La segunda clase se refiere más  directamente que la primera al cuerpo del hombre y comprende la perfección de la forma, constitución y aspecto del cuerpo humano. Tampoco esta clase de perfección debe constituir nuestra aspiración suprema. La tercera se relaciona más con el verdadero hombre que la segunda, y atañe a la condición moral, que es el más alto y excelente grado de la naturaleza humana. La mayoría de los preceptos aspiran a producir esta perfección; pero todavía no es sino el ejercicio preparatorio para otra de más altos quilates, y no debe ser buscada por sí misma. La cuarta clase de perfección es la verdadera y propia del hombre: poseer y disfrutar las más altas facultades intelectivas, y las nociones que nos llevan a tener ideas metafísicas ciertas acerca de Dios. Alcanzada esta perfección, el hombre ha logrado su objetivo final. Ella da la verdadera perfección del hombre; a él solo le pertenece; le otorga la inmortalidad, y es por razón de ella por lo que se le llama hombre.”
* * * * * *
Los antiguos y verdaderos filósofos han enseñado que el hombre puede adquirir cuatro clases de perfección.
LOS QUE SE DEDICAN A ACUMULAR PROPIEDADES ANDAN TRAS COSAS PERECEDERAS E IMAGINARIAS, Y LOS QUE CIFRAN SU DICHA EN PERFECCIONAR SU CUERPO, NADA AÑADEN A LA PERFECCIÓN DE SU ALMA
La primera y más vil, a cuyo logro dedican muchos hombres toda la vida, es la perfección que se cifra en la propiedad: poseer dinero, ropas, muebles, criados, tierras y otras cosas del mismo linaje. A esta clase pertenece la posesión del título de gran rey. No hay aquí íntima unión entre la posesión y el poseedor. Cuando una persona dice: “Ésta es mi casa, éste es mi criado, éste es mi dinero, o estos son mis huestes y ejércitos”, establece una relación puramente imaginaria, engañado por las grandes ventajas y provechos que saca de poseer tales cosas. Pero si lo examina bien, hallará que se trata de bienes exteriores cuyas cualidades son enteramente independientes de su dueño. Por eso, cuando cesa la relación, el que ha sido gran rey puede hallarse una mañana igualado al más vil de los hombres, sin que hayan experimentado mudanza alguna las cosas que creía poseer. Los filósofos han enseñado que el que cifra todos sus anhelos y afanes en poseer esta clase de perfección, anda detrás de cosas perecederas e imaginarias, que aunque le pertenecieran durante toda la vida, no le harían mejor ni más perfecto.
La segunda clase se refiere más  directamente que la primera al cuerpo del hombre y comprende la perfección de la forma, constitución y aspecto del cuerpo humano; el equilibrio de la naturaleza, y el orden y vigor de los miembros. Tampoco esta clase de perfección debe constituir nuestra aspiración suprema; porque es un bien del cuerpo, y el hombre no posee el cuerpo en cuanto hombre, sino en cuanto criatura viviente, compartiendo esta propiedad con las criaturas inferiores. Aunque una persona poseyera las mayores fuerzas, no sería más poderosa que la mula, ni que el león o el elefante; conseguiría a lo más las fuerzas necesarias para acarrear una pesada carga, romper una gruesa y sólida sustancia, o cosas similares, en las que no hay provecho para el cuerpo. En cuanto al alma, ningún beneficio puede venirle de esta clase de perfección. (más…)

No hay comentarios.: